Colectivo Circular
Circular nace de la necesidad de visibilizar, nombrar, contar y reconocer a la población que por diversos motivos ha tenido que desplazarse ya sea de su propio país, o de su comunidad, esto como consecuencia de los altos niveles de violencia que se viven en nuestro país, y los países vecinos.
Hablamos de México como un escenario donde actualmente no solo se desplaza la población mexicana, sino personas migrantes que han recorrido kilómetros, y buscan en México un refugio. Es decir, México como el corredor donde circulan foráneos, mexicanos deportados (generalmente de EE.UU), y desplazados internos, que convergen en la misma dinámica de la movilidad, y la gran mayoría de estos grupos, son poco reconocidos.
Actualmente en México, se reconocen 35,433 personas que han sido desplazadas dentro del país, sin embargo no existe ningún programa de asistencia, ni protección. A pesar de la dimensión del fenómeno, no existe un reconocimiento abierto, público lo cual trae como consecuencia un desconocimiento por parte de las propias víctimas sobre su condición, y aleja a la propia sociedad de exigir al gobierno la elaboración de leyes y programas a favor de las víctimas.
El proyecto se encuentra en su fase primaria y quisiéramos dedicarnos unos meses a leer, escuchar, hablar con gente que pueda compartir más sobre ello e ir nutriendo esta investigación. Empezar a ponerle voz y materializar distintas experiencias que por muchos años fueron calladas por temor y falta de reconocimiento. Utilizar el arte como una plataforma de seguridad y de libertad, un espacio de cobijo y visibilidad del otro.
Consideramos relevante enriquecer el proyecto con experiencias a través de organizaciones que cuentan ya con programas de apoyos establecidos y brindan atención directa a las víctimas en diversas áreas, principalmente en Colombia y Estados Unidos (Nueva York y Los Ángeles). Sedes que cuentan con una infraestructura sólida para visibilizar y tratar aquellos que han tenido que desplazarse; a diferencia de México donde son escasos los lugares preparados para esta población ya que las instituciones a las cuales se puede acudir son muy limitadas. Este proceso de investigación se traza con una ruta específica que empieza en Colombia (uno de los pocos países que ha logrado nombrar y reconocer a los desplazados), Tapachula – Chiapas, la Ciudad de México, Tijuana – Baja California, los Ángeles – California y la Ciudad de Nueva York.
Nuestro acercamiento hacia estas personas se plantea principalmente a través de una serie de laboratorios donde se pueda generar un espacio de intercambio con estas poblaciones .
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